sábado, 6 de noviembre de 2010

Tears drop on my window

Hoy es uno de esos días en donde todo sale mal, o tal vez no es que todo sale mal, sino que habiendo taantas cosas que salen mal, uno ni registra las buenas.

Estoy en ese punto en que sentís que todo se desmorona, o mejor dicho, en que recién te das cuenta que ya todo esta hecho añicos, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Llegas a la conclusión que no hay nada, no existe formula posible para que algo dure estable por siempre, ni tampoco hay manera de darte cuenta cuando se esta desmoronando sino que un día se te viene todo abajo, o todo arriba tuyo, aplastándote contra la realidad. Es como si esa “estructura” quisiera decirnos,” mira! Date cuenta la situación actual no es la misma que vos recordas en tu cabeza, las cosas cambian, date cuenta!!”

Como si no hubiéramos advertido el comienzo del derrumbe, no tuvimos tiempo a corrernos y entonces nos termina derrumbando, y en su camino, nos estampa contra la realidad, sin filtro, sin dar vueltas, sin anestesia, dura y honestamente. Esa realidad se siente como cuando uno quiere atravesar una puerta corrediza y no se da cuenta que esta cerrada hasta llevársela puesta y sentir el frio cristal sobre la cara, en ese momento, pensamos, porque no estire la mano primero? O porque no le preste mas atención? Pero ya es tarde, estamos estampados, y de nada sirve tratar de mirar a otro lado, ni tratar de evitar lo que nos pega justo en la cara.

Siento esa opresión en el pecho, esa sensación de no poder respirar que nos trata de advertir algo, y ese algo seria que el corazón necesita mas espacio, cada vez qe reclama su espacio extra, más se nos oprime el pecho, hasta que nos agitamos como si no pudiéramos respirar, el aire no es suficiente, mas allá de que tomamos bocanadas de aire que servirían para oxigenar a cinco personas de ser necesario, y entonces nos damos cuenta qe no se nos agrandó el corazón ni se nos achico el pecho, sino qe la angustia de esa realidad tan latente se metió adentro nuestro y comenzó a sacarle lugar al corazón, al pecho y a los pulmones, por ende esta sensación nos lleva a una sola solución, llorar, llorar hasta sentir qe la garganta no sirve, hasta que los ojos triplican su tamaño y no podemos ni pestañar, llorar hasta sentir que uno esta vacío, llorar todas las penas y los males, “SI QUERES LLORAR, LLORA”, llorar hasta que lo único que podamos hacer sea sublevarnos y aceptar ese frio cristal estampado en nuestras caras, llorar tanto que las ideas no entran ni salen de nosotros mismos sino que nos quedamos como hipnotizados mirando a la nada sin pensar, ni hablar, ni sufrir, solo mirar…

Love & Rockets Annie

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