viernes, 18 de junio de 2010

I Can´t Help Myself

Soñé, sí, al fin soñé, y no fue un sueño simple, tampoco muy complejo, no fue un sueño largo ni muy corto, no fue muy colorido ni muy oscuro, no tenía alegría, no tenía enojo, tampoco lo que sentía era empatía, tenía una clase de angustia, angustia de esas que se perciben en el aire, pesadas, visibles, como que tu aura carece de color y lo reemplaza una nubosidad espesa que te aplasta, tratás de escarpar pero es imposible, te persigue, está pegada a vos, no hay escapatoria posible, lo único que queda es rendirse, sí rendirse y acostumbrarte a llevarla de paseo con vos a donde sea que vallas, hacerla tu compañera, tu aliada, y hasta a veces tu companía por elección. Así nunca estarás sola, pero tampoco acompañada, ese aura que te acompaña aleja al resto de las personas, las hace confundirse y abandonarte, no tienes alternativa, terminás hablando contigo misma.
Pero sí, soñé, y lo que sé de ese sueño, es que yo estaba ahí, el lugar era ese, la angustia estaba ahí como siempre siendo mi única compañera, y lo más importante y de lo que estoy muy segura es de que Él estaba ahí. Estaba ahí, sí, pero no creo que yo le importara, sólo estaba parado, mirando hacia el vacío, una sola vez me miró, con esa mirada profunda, clara, directa, y por sobre todo hermosa, todo cambió, ya no estoy segura si yo estaba ahí, si el lugar era ese, nosé si seguía soñando, si estaba despierta, si estaba muerta o estaba muriendo, pero nada importaba, me sentía hipnotizada, atrapada y de un momento a otro vacía, no supe porque hasta que me di cuenta que mi compañera ya no me acompañaba, que ese peso se había ido, ya no me perseguía nada ni nadie, era yo contra el mundo, yo sola, por primera vez, pero, Por qué no me movía? Sería este Mi cielo? el seguía ahí, parado, inmóvil, sólo mirando, cuando note devuelta su presencia me di cuenta que me atravesaban otros sentimientos, pero no era alegría, ni enojo, no era tristeza ni felicidad, era una confusión, no sabía cómo era sentir otra cosa que no fuera mi pesada y apreciada angustia.
Lo miré devuelta, no se había movido ni un centímetro, seguía ahí expectante, no lo dude más y comenzé a caminar, a los pocos pasos frené, temía que saliera corriendo, pero su mirada, ay!, esa mirada, debía acercarme más, asi que me obligué a seguir caminando. Cuando estaba a 5 centímetros de su persona, tuve una nueva sensación, una clase de miedo, y si lo tocaba y desaparecía? y si dejaba de mirarme? y si yo desaparecía?
Moría por sentirlo, por abrazarlo, por sentir que me abrazaba, moría por encerrarlo en mis brazos, así no volvería a escaparse jamás, moría por que nos quedaramos quietos y abrazados por siempre, y una pregunta interrumpió mis pensamientos, y si ya estaba muerta..?
No pude más y me adelanté lo seguí mirando un tiempo casi infinito, hasta que decidí que no quería dejarlo ir nunca, quería que me mirara toda mi vida, o en el caso de estar muerta, toda la eternidad.
Lo hice, sí lo hice, me estiré y lo abrazé, no desapareció, estaba ahí, seguía ahí, lo abrazé más fuerte, lo miré una vez más y me di cuenta que no había desaparecido, estaba ahí, su mirada seguía ahí, entonces lo abrazé con todas mis fuerzas, setía que en cualquier momento desaparecería, y lo abrazé aún más fuerte, hasta que sentí que mi mejilla se había humedecido y rápidamente toqué mi cara, mis ojos tiraban agua, era algo que nunca había experimentado ni sentido. Me pregunté si era lo que según escuché se llamaba llorar, lo solté un instante y sin dejar de llorar lo contemplé, era tan hermoso y seguía ahí, su mirada y su cuerpo no me habían dejado, lo observé un tiempo largo, lo abrazé de nuevo sentía esa necesidad de que me acompañe, ya que mi angustia me había abndonado y nunca había podido sentir nada además de ella. Me sentía abrumada, no quería que Él me abandonara también, de pronto sentí algo en mi espalda, suave al principio, y luego una presión, no sabía qué era, nunca lo había sentido, hasta que me di cuenta que me estaba devolviendo el abrazo, eso me hizo abrazarlo más fuerte y llorar aún más, entonces me abrazó y me sostuvo en sus brazos, luego sentí algo suave en mi cuello, sus labios presionaron contra este, era eso sí, un beso y acontinuación escuché "No llores, no me iré a ningún lado, ta acompañaré por toda la eternidad".
Me quedé sin aliento, esas palabras, tan dulces, tan claras, su voz tan hermosa, tan profunda, me hizo darme cuenta que sí, soñé, pero nunca me iba a despertar de ese sueño, era infinito, y mientras Él me acompañara nada me faltaba...
Annie

Just Enough

¿Qué es un todo? ¿Qué es una nada?
¿Qué es mucho? ¿Qué es poco?
¿Qué es un exceso? ¿Qué es lo justo?
¿Existen las medidas? o son sólo imaginarias?
¿Los límites son invisibles, o son sólo infinitos?

¿Quién dice cúando empezar y cuándo parar?
¿Quién decide cuando es suficiente..?

martes, 15 de junio de 2010

UPS !


Cuando encontras algo tan, lindo, tan satisfactorio, tan tuyo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Algo que te guardas para vos sola, sacás un poquito de ese egoismo guardado en tu ser y lo usas para no compartir con nadie esa cosita que descubriste, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Ademas de reusarte a compartirlo, disfrutas ese no se que de saber algo y que el resto no lo sepa, de saber que a una hora determinada falta menos para que el momento de hacer esa cosita llegue...
Dentro del éxtasis de tener algo tuyo y solo tuyo, un dia te olvidaste de cómo ocultarlo bien, ese momento tan atesorado, no tomaste las precausiones necesarias para que siga siendo sólo tuyo, y lo peor que pudo pasar es que te descubrieron, sí tanto tiempo planendo tu momento y es arruinado por esa persona que "rige tu vida" por lo menos hasta los 18 o hasta que dejes su casa, y ese momento tan apreciado es arrebatado de tus manos, ya no esta en tu poder, ahora alguien más comparte ese saber que solia ser taan tuyo, ya no sentís ese no se que de saber más que el resto, ese pedacito de egoísmo almacenado tanto tiempo ya no te sirve, pronto alguien más lo sabrá y cada vez se volverá menos interesante.
Por un pequeño descuido toda tu felicidad se puede venir abajo en menos de lo que esperabas, y sí UPSS, me descubrieron y me arrebataron de mis manos ese pedacito de felicidad que era
Tan mio...


Annie